La bondad




"No todos los hombres pueden ser ilustres, pero todos pueden ser buenos" (Confucio)

   




    No estoy seguro si fue Sócrates el que dividió a las personas en buenas y malas, pero podríamos haberlo hecho cualquiera de nosotros. Sí fue Einstein quién señaló que el mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad y para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.
   No podemos ser rígidos al calificar a una persona por su bondad o maldad. Aquí, los términos absolutos tal vez no tengan cabida. Hay buenas y malas personas y hay personas más buenas o más malas que otras.
    E intuyo que no sabremos nunca en que porcentaje influye la herencia -los genes- en la bondad o en la maldad de una persona y en qué tanto por cien lo adquirido, es decir las influencias externas: el ambiente y ejemplo familiar, los amigos, el nivel económico, etcétera. Es decir, ¿es buena o mala una persona desde que nace o se puede hacer mala o buena con el paso de los años?
    En mi opinión, la bondad de las personas, como la inteligencia, va sobre todo en los genes que heredamos y traemos al nacer. Unas personas nacen más inteligentes que otras; unas personas nacen más buenas que otras. Luego, esta cualidad se puede mejorar o empeorar. Pero puedo estar equivocado, y estar acertado Confucio en lo que dice más arriba. ¿O sería más correcta su sentencia si señalara “… pero todos deben ser buenos”?
    Por supuesto, en este artículo solo me referiré a la bondad humana. Pero, ¿qué es la bondad? En Wikipedia, la bondad es el bien, es el valor otorgado a una acción de un individuo, es una inclinación natural a fomentar lo deseable, motivado por una comprensión del entorno, de las personas (por ejemplo a través de un profundo ejercicio de la empatía) y/o de uno/a mismo/a. Un conjunto de buenas acciones (acciones bien ejecutadas) que propugnan lo bueno para el propio individuo.
    ¿Cómo conocemos si una persona es buena o mala? No es fácil. Es probable que en todo o casi todo lo que voy a decir a continuación no esté muy acertado, incluso del todo desacertado, pero aún así, me atrevo a expresar mi parecer.
    Creo que mis tres hijos son buenas personas. El del medio asegura, lo mismo que mi suegra, qué solo con ver la cara de una persona conoce si es buena o mala, si se puede fiar o no de ella. Julián Marías escribía hace años, coincidiendo con unas elecciones en nuestro país, que votaba al candidato que le parecía más de fiar, y para eso solo necesitaba verle la cara. Es decir, que según este filósofo español ya fallecido, mi hijo y mi suegra, el dicho popular “la cara es el espejo del alma” es cierto.
    Posiblemente haya diversos tipos de bondades, como probablemente haya diversos tipos de inteligencias. Recuerdo, cuando estudiaba la carrera de Medicina, a un compañero de clase del que todos comentábamos que era demasiado bondadoso. Si alguno de nosotros decía que había terminado los cigarrillos y que no tenía dinero para adquirir una cajetilla, él, con su dinero, se acercaba inmediatamente al estanco más cercano a comprar una y nos la daba. Según este ejemplo, una persona buena es aquella que siempre está dispuesta a ayudar a los demás, sin interés, a cambio de nada.
    Otra forma, desde mi punto de vista, la más característica y trascendental de definir la bondad de alguien, es por la disposición a no engañar, a decir siempre la verdad a los demás y ayudarles en lo que pueda. En mi opinión, quién es capaz de engañar, mentir o dañar a otras personas, para beneficiarse, no es buena persona. Está el mundo lleno de este último tipo de personas, y hay tantas en las de cuello blanco como en las de cuello azul, las mismas en los médicos, sacerdotes, profesores o jueces como en los marineros, fontaneros, carpinteros o trabajadores de la construcción. Una característica de las malas personas es que suelen caerse bien entre ellas, como también se caen bien entre ellas las buenas. Una gran parte de este grupo son envidiosas y con un nivel bajo de inteligencia (o alto de estupidez) y se suelen unir para hacer daño a otras personas con cualidades superiores a las suyas. Escribió Carlo M. Cipolla en Las Leyes Fundamentales de la Estupidez, subapartado del librito Allegro ma non troppo, que les recomiendo leer, “la persona estúpida -porque no sabe que lo es- es el tipo de persona más peligrosa que existe, es más peligrosa que la malvada”.
    ¿Cuáles son las cualidades que caracterizan a la bondad de los seres humanos? Tres las acabamos de comentar, decir siempre la verdad, no engañar a otras personas, y estar siempre dispuestos para ayudar a otros semejantes. Además, las buenas personas no critican, aceptan las diferencias de los otros y no son rencorosas. El día que se murió mi padre una vecina se acercó y me dijo que nunca había oído hablar mal de él, que era una buena persona. Me sentí muy orgulloso. Un primo hermano suyo (de mi padre) le contestó: “¡Como iban hablar mal si él nunca hablaba mal ni se metía con nadie!”.   
    No existe relación entre la bondad y el carácter o temperamento. Hay personas de fuerte carácter o temperamento que son buenas y hay otras (falsamente) amables que son malas. Pero sí existe concordancia entre bondad e inteligencia. No puedo asegurar que todas las personas perspicaces son buenas, pero creo que, en general, existe una relación directa entre la inteligencia y la bondad. La maldad es una característica que acompaña más a la necedad que a la inteligencia.
    Las buenas personas son consecuentes en sus acciones, hacen el bien y duermen tranquilas. Las personas no bondadosas también pueden dormir tranquilas porque la única bondad que ellas conocen es la maldad. Su maldad con los semejantes a veces la justifican porque no aceptan su superioridad intelectual y moral, y tratan de hacerles daño, acaben o no consiguiéndolo. Las malas personas retuercen los buenos conceptos, no les gustan cualidades como la belleza o la distinción y, aunque pueden parecer afables, si nos fijamos profundamente en esta cualidad de la que quieren adornarse para engañar, enseguida nos damos cuenta que es falsa. Solo se emocionan cuando hacen el mal.  
    Aunque ya dijo Platón que de virtud hay una especie y de maldad, muchas.


Comentarios

  1. Totalmente de acordo con esta reflexión sobre a bondade. Moi atinado ese casamento entre bondade e verdade. Tamén estou de acordo coa teoría do seu fillo do medio e da súa sogra: poden mentir as palabras, a actitude, os xestos,... mais a cara nunca minte.

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  2. Estoy de acuerdo en el conjunto que expone la reflexión, sin embargo, el bien y el mal, como conceptos, no tienen, digamos, el mismo peso específico como existencia. Al igual que la oscuridad no existe en si misma, sino que es el resultado de la ausencia de luz, la maldad no es otra cosa que la ausencia de bondad, por tanto, el mal es una carencia que se explica a través de lo que no hay o no es.
    Por otra parte el cerebro, la mente de una persona honesta, que no miente ni engaña en su esencia y si le es posible, en nada, no puede comprender realmente, en general, la "maldad"de otros, por eso las personas buenas, aún siendo más inteligentes, son las presas preferidas de los desalmados o psicópatas narcisistas y solo un buen aprendizaje y mucha cercanía, les proporciona mecanismos para su defensa, por medio de decisiones concretas, ya al margen de lo que les dicta su mente bondadosa, que es la consecuencia de un cerebro sano.
    Un saludo.

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