Consejos del Rey al Príncipe
Acostúmbrate a mirar siempre a los ojos. No te canses jamás de ser amable con los demás. Muestra interés, aunque no lo sientas. Has de mostrarte animoso, aunque estés cansado; amable, aunque no te apetezca; servicial, aunque te cueste trabajo. Saber callar es tan difícil como saber hablar. Al que sabe callar todos le entienden. Acostúmbrate a dominar los impulsos y sujetar las ideas, para que no se te escapen de manera intempestiva y peligrosa.