En el colegio (I)
“Si no se endereza el árbol cuando es pequeño, crecerá torcido” Allá me fui, a la pensión de La Marinera de Santiago de Compostela a la que me enviaron mis padres, aunque no recuerdo cómo dieron con ella, con 13 años, para iniciar el cuarto curso de bachillerato en el Colegio La Salle. La patrona me instaló en una habitación de tres camas con una amplia galería que daba a la calle del Hospitalillo. Mi cama era la más interior, pegada a la pared de la habitación del matrimonio dueño de la pensión. Había una gran diferencia de edad entre ellos, y allí, en mi cama antes de dormirme, oía a veces conversaciones no muy amorosas entre los dos. Ya le contaré alguna más adelante. Podría extenderme muchísimo, pero me referiré sobre todo a las cosas que creo que influyeron más en mi comportamiento futuro. En esa pensión estuve desde los 13 años hasta el segundo curso de medicina, cuando iba a cumplir los 17 años. Creo que algunos jóvenes de aquel tiempo maduráb