Terquedad
“¡Cuán corriente es no considerar sensatos sino a los que piensan como nosotros!" (François de La Rochefoucauld) Verano de 2014. Leo y veo en la TV todos los días el lío entre palestinos e israelíes. No sé quiénes de ellos tienen más razón pero me parecen muy tercos cuando negocian, y que ninguno de los dos quiere dar el brazo a torcer. Claro que, al final, a los que se les tuercen los brazos y a veces la vida es a los pobres ciudadanos, heridos o muertos por los cohetes palestinos o las bombas israelíes. No conozco en detalle el problema palestino-israelí y seguro que metería la pata si considerara esto como un ejemplo de falta de flexibilidad en la negociación por los dos bandos para alcanzar una paz duradera. Por tanto, indudablemente este no es un buen ejemplo de terquedad, que es lo que pretendemos tratar hoy aquí. Pero estoy seguro que usted, lo mismo que yo, conoce personas tercas, obstinadas. Hasta lo podemos ser nosotros, usted o yo. A