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Mostrando entradas de abril, 2013

Elegir médico

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“La dignidad del hombre requiere que obre según su libre elección, sin ninguna coacción externa” ( Pablo VI )     Un amigo médico me comentaba que había dos cosas que le preocupaban mucho: una, enfermar; otra, que cuando enfermase no fuese atendido por un buen médico.     La buena salud es una de la cosas más importante de la vida. Lo mejor es no enfermar. Pero si enfermamos, es esencial dar con un buen médico.     Los médicos no son iguales, aunque hace algún tiempo los políticos quisieran hacernos creer lo contrario. Recuerdo una consigna que repetían, desde el ministerio de sanidad, allá por los 80, para los beneficiarios del Sistema Nacional de Salud: “no se preocupe de conocer el nombre del médico que le atiende; todos le cuidarán con las mismas garantías” . Muchos de aquellos políticos creadores del lema, cuando enfermaban, elegían médico y hospital. Los médicos no son todos iguales, ni son todos profesionales excelentes, como tampoco lo son los abogados, fontane

Leonardo Da Vinci (1)

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“Yo te aconsejo que no te encumbres a ti mismo con palabras a menos que hables a los ciegos. Sin embargo, si quieres demostrar con palabras para los oídos y no para los ojos de los hombres, habla de cosas sustanciales o naturales y no mezcles cosas que pertenecen a los ojos para hacerlas entrar por los oídos, porque entonces serás sobrepasado por el trabajo del pintor” (Leonardo da Vinci)     Siempre fue para mí un artista y científico de enorme interés. Hace algunos años compré una biografía de él, “Leonardo. El vuelo de su mente”, de Charles Nicoll, pero no logré pasar de la página 67 de 564 que tenía, sin contar las de las notas y el índice. Recientemente un médico amigo me recomendó leer el e-book "Curiosidad apasionada. Memorias galénicas de Leonardo Da Vinci", de Javier Pardo Mindán, publicado en 2012, y lo he terminado rápidamente, porque además de estar muy bien escrito, es corto y fácil de leer.     Hubiera valido la pena pagar los poco más de cuatro

Tráfico de enfermedades

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  “Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan; sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen siempre de valor” (Oscar Wilde).     La promoción o tráfico de enfermedades ( disease mongering , en inglés) es una expresión recientemente introducida en la literatura médica, que se refiere al esfuerzo que realizan las compañías farmacéuticas por llamar la atención sobre condiciones frecuentemente inofensivas con objeto de incrementar la venta de medicamentos mediante campañas publicitarias, visitadores médicos y estudios que intentan medicalizar cualquier trastorno.     Las compañías farmacéuticas suelen alegar que sus campañas se limitan a informar al público sobre las opciones disponibles, que se deben a un motivo ético -mejorar la salud de las personas- y que el tratamiento que se decida es en último término resultado de la negociación entre el paciente y su médico . Los oponentes, por el contrario, opinan que esta prá

De médicos y pacientes

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" El mejor médico es el que conoce la inutilidad de la mayor parte de las medicinas" (Benjamin Franklin)     María - ¿Manuel, adónde vas tan temprano?     Manuel - Voy a la consulta “inútil” del médico, aunque esta vez me viene bien porque me pasé la noche tosiendo, ¿o no me oíste? Seguro que no, porque roncabas.     Manuel les llama “inútiles” a las consultas médicas programadas, ya que nunca entendió las visitas regladas al médico cada equis meses, porque cuando acude a la cita es, en muchas ocasiones, cuando mejor se encuentra, y sin embargo, cuando empeora su dificultad respiratoria no puede acudir al médico especialista que le conoce, más o menos bien, sino que tiene que ir a un servicio de urgencias de un centro de salud u hospital, donde un médico generalista le atiende como bien puede y, si no queda hospitalizado, vuelve a enviarle a la consulta del médico especialista. Él opina que este modo de hacer las cosas -consultas programadas para decirle el

El mérito

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“El mundo recompensa antes las apariencias de mérito que al mérito mismo” ( François de La Rochefoucauld )     “Tiene mucho mérito” es una frase que oímos a menudo, diariamente incluso, sobre el comportamiento o las obras de algunas personas. Y también “tiene mucho mérito lo que hizo”, “tiene mucho mérito lo que dijo”. Y estas expresiones se aplican muchas veces a los hechos o palabras de determinadas personas o personajes.     De l as tres acepciones que hace el Diccionario de la Lengua Española de la palabra mérito me quedaré con las dos primeras: acción que hace el hombre digna de premio o castigo y resultado de las buenas acciones que hacen digna de aprecio a una persona.     Hace poco hablábamos del mérito del gran empresario español fundador de Inditex. Pero no podemos confundir el mérito con el éxito. Es verdad que existen personas con grandes éxitos en sus negocios y con mucho mérito (Amancio Ortega, creador de Inditex; Juan Roig, creador de Mercadona -con este

Quejarse

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“No te lamentes, no esperes nada, haz algo” (Dicho popular americano)     Cuando escucho en la radio las noticias nacionales o locales, todos los días oigo a los políticos y a los líderes sindicales quejarse del inmenso número de parados, de lo mal que va la economía y todo lo demás, y sobre todo de lo mal que lo hacen los otros. Siempre se lamentan de lo mal que lo hacen los otros, como si ellos lo hiciesen todo bien.     Esto me hace recordar mi etapa de formación clínica en el Hospital Marqués de Valdecilla de Santander. No sé si le comenté alguna vez que tuve la gran suerte de hacer mis rotaciones por las distintas especialidades médicas con los mejores médicos de aquel hospital. Estaba aprendiendo cardiología con un extraordinario cardiólogo vasco, el doctor Ochoteco, y cuando en una ocasión le comenté que un paciente de otra sala que no era la nuestra tal vez no estaba siendo bien manejado, me respondió, “debemos preocuparnos de tratar bien a los pacientes que aten

Femineidad y coquetería

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  “La belleza humana es el lujo de la naturaleza” (Doménico Cieri Estrada )     Antes de que empiece a leer este artículo le advierto que, desde el principio al final, para poder expresarme, no he tenido más remedio que generalizar. Por eso le pido que no se incomode conmigo por no referirme a las excepciones que modifican la regla.     Albert Einstein dijo que los tres principios en su vida habían sido la verdad, la bondad y la belleza. De esta última también decía que no mira, solo es mirada. Los tres me parecen maravillosos, y creo que cualquier persona de bien tiene que estar de acuerdo con ellos.       Hace poco leía una entrevista que le hacían en “El Mundo” a Arturo Pérez-Reverte -ya citado la semana anterior por otro motivo-, ese escritor de tanto éxito que habla sin pelos en la lengua, incluso para decir que pelea porque los idiotas merecen morir, en la que expresaba que el cuerpo de una mujer es el lugar más hermoso de la Tierra.     Y pensé de nuevo en

Por ti no pasan los años

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  “Todo el mundo quisiera vivir largo tiempo, pero nadie querría ser viejo” ( Jonathan Swift )     Lewis Wolpert escribió en 2011 un libro, “You´re Looking Very Well. The Surprising Nature of Getting Old” ,   que la Editorial Tusquets publicó en español en octubre de 2012 con el título “Por ti no pasan los años. La sorprendente naturaleza del envejecimiento” . El autor, nacido en Johanesburgo en 1929, es profesor emérito de biología celular en la Universidad de Londres.     El título del libro es una frase que los mayores (todavía no me gusta llamarme viejo) oímos casi todos los días. Y no le voy a mentir, a mí no me disgusta. Porque aunque sé que no es verdad, me gustaría menos que me dijesen: ¡Uyy…, que viejo estás! Porque tampoco me agrada que algún enfermo me eche diez o veinte años más de los que tengo.     El primer capítulo del libro lo titula “La sorpresa” y comienza con una frase de León Trotski: “La vejez es lo más inesperado que le puede suceder

Subida al Monte Pindo

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                           "Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía" ( Heinrich Heine )     ¿De dónde eres? Me preguntó en 1978 el doctor José Luís Temes, reconocido cardiólogo y jefe del Departamento de Medicina Interna de la Residencia Sanitaria Nuestra Señora del Cristal de Orense, al que acababa de incorporarme, recién llegado del Hospital de Valdecilla. Del Pindo, ayuntamiento de Carnota, en La Coruña, le respondí. Recuerdo muy bien sus palabras. “He viajado bastante y el monte del Pindo es de lo más bonito que he visto en mi vida”. No le pregunté si había subido o se refería a la vista de la espectacular montaña de piedras graníticas entrelazadas, sin arboleda casi, y, según la leyenda, esculpidas por los celtas y de ahí su otro nombre, Olimpo Celta.     Son las 10,15 horas de la mañana del 18 de agosto de 2012 y aún estoy comprando sardinas en un puesto del mercado de Cee. Llego de vuelta a las 11 a Quilmas ; parece tarde para subir al M