Y le dijo más cosas, referidas a su enfermedad pulmonar causada por fumar cigarrillos (y IV)
“El médico no es otra cosa que el consuelo del alma” (Petronio) Y aquel médico también le dijo: “Manuel, cuando un buen médico escucha y examina detenidamente al enfermo, y después le explica por qué no precisa medicinas, el enfermo lo entiende y no sale de la consulta lamentándose porque el médico no le haya recetado nada. Antes, cuando las madres acudían a los médicos pidiéndoles que les dieran algo para abrir el apetito a sus hijos, algunos le recetaban unas vitaminas u otros preparados que no servían para nada, y menos aún para abrir el apetito; otros, muy educadamente, les decían que les pusieran a sus niños la misma comida a la cena, si no la comían que se la pusiesen al día siguiente en el almuerzo y si no la comían que los trajesen a la consulta, y las madres no volvían”. La noche siguiente a la mañana que la enfermera le había comunicado el traslado de aquel médico con el que se entendía tan bien, soñó con él. Se le aparecía en