Un buen enfermo
“De cien enfermedades cincuenta las produce la culpa y cuarenta la ignorancia” (Paolo Mantegazza)
Un buen enfermo es el que antes hizo una vida sana para eludir la enfermedad; el que no consumió sustancias nocivas para la salud, como tabaco, alcohol u otras drogas, se quedó con hambre después de cada comida e hizo ejercicio.
Las enfermedades crónicas que padecen una gran parte de los pacientes son producidas por su culpa. Muchas de estas enfermedades podrían haberse evitado si antes hubiesen llevado una vida saludable.
Los médicos atendemos a muchos pacientes con enfermedades crónicas causadas por fumar cigarrillos, y por la ingesta excesiva de comida y alcohol. Una gran parte de estos pacientes no modifican su conducta malsana, aún sabiendo que ha sido la causa de su enfermedad y la que mantiene su deterioro. Los médicos seguimos atendiéndolos sin hacer caso de lo que decía Sócrates: “Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad; en caso contrario, abstente de ayudarle”.
¿Cómo se comporta un buen enfermo? Seguro que la respuesta a esta pregunta sería contestada de forma distinta por los diferentes médicos. Un buen enfermo es aquel que adopta una actitud positiva ante la enfermedad. Para ser buen médico estoy convencido que es necesario ser buena persona. Tal vez también para ser buen enfermo. Me atrevo a opinar como es un buen enfermo.
Conoce las pautas de vida saludables - Se informa sobre los efectos perjudiciales para la salud de las adicciones más frecuentes: tabaco, alcohol y comida, y de los beneficios del ejercicio físico y la buena alimentación. Está al corriente de las enfermedades más frecuentes como la hipertensión arterial, diabetes, asma, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, cardiopatía isquémica, cáncer, úlcera gástrica, gripe, resfriado común, etc. le gusta lo que decía Mark Twain, “el único modo de mantener la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta y hacer lo que no deseas”, y piensa en lo que señalaba Josh Billings, “hay mucha gente que gasta tanto tiempo cuidando su salud que no tiene tiempo de disfrutarla”.
No demora la consulta con el médico - No piensa, esto ya se me pasará. Conoce, por experiencias previas y haberse instruido, si ese resfriado o cuadro gripal, por ejemplo, es como los de siempre y no precisa acudir al médico. Pero también sabe que la mayor parte de las enfermedades que afectan a un órgano o sistema corporal comienzan por los mismos síntomas. En las enfermedades del aparato respiratorio, la tos es el más habitual. La tos que dura más de una o dos semanas puede deberse a bronquitis aguda, sinusitis o asma, pero también puede estar causada por tuberculosis o cáncer de pulmón. Si ese primer síntoma se agrava con el paso de los días, no retrasa la consulta con el médico.
Duda del médico si en la primera consulta emplea menos de 15 minutos en la historia y exploración clínicas o no se levanta para explorarle.
Cuando el médico le informa sobre el diagnóstico - Pregunta si el diagnóstico ya es seguro. Si lo es, solicita al médico que se lo de por escrito y antes de salir de la consulta comprueba que entiende perfectamente el nombre de la enfermedad que le ha sido diagnosticada. Si no lo es, porque el médico después de finalizar la historia clínica y exploración física puede que aún no conozca la enfermedad que padece, atiende las explicaciones del médico para indicar nuevas exploraciones que aclaren la causa de sus síntomas. El buen enfermo sabe que él es el único dueño de su enfermedad y que otras exploraciones diagnósticas deben ser antes justificadas y compartidas con él.
Cuando el médico le recomienda tratamiento - Pide que se lo de por escrito y evidencia que puede leerlo sin dificultad y que ha comprendido las explicaciones sobre como tomar los medicamentos prescritos. Pregunta sobre los efectos beneficiosos esperados y qué efectos adversos pueden ocasionarle, en cuánto tiempo puede producirse la curación o como será la evolución si se trata de una enfermedad crónica.
Cumple las recomendaciones generales dadas por el médico - Sabe que las medidas como no fumar, no tomar bebidas alcohólicas, caminar mucho y comer poco, son a veces tan o más importantes que los medicamentos para una buena evolución de ciertas enfermedades crónicas pulmonares, cardiacas o hepáticas.
Si confía en la actuación del médico, sigue exactamente el tratamiento recomendado - No lee tan siquiera la información que acompaña a los medicamentos. Si nota algún efecto secundario indeseable de algún fármaco, o tiene cualquier duda que no se recordó preguntar en la consulta, se pone en contacto con el médico.
Si no confía en el médico consulta a otro médico.
Acepta la enfermedad - Admite la enfermedad porque es mejor para él y para el médico. Hay enfermos que no la aceptan; los médicos conocemos enseguida este tipo de pacientes. Ocultan los síntomas o los intentan justificar por causas banales: “este dolor es por un golpe que llevé hace algún tiempo”, “no he perdido el apetito, he adelgazado porque hice dieta”... Y cuando se les informa que padecen una enfermedad seria no se lo creen, les parece imposible que les haya tocado a ellos y piensan que el médico debe haberse equivocado.
Espero y deseo que usted no enferme nunca, pero si enferma tenga en cuenta estas recomendaciones.
www.clinicajoaquinlamela.com (renovada la próxima semana)
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