Otra vez, lo de las "enfermedades infradiagnosticadas"





“Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá” (Horacio)





    Con la celebración el próximo fin de semana de unas jornadas médicas sobre enfermedades neumológicas o respiratorias en nuestra ciudad, los organizadores del acto vuelven a repetir que la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tabáquica está infradiagnosticada. Y que para remediar esto se han puesto espirómetros en los centros de salud para diagnosticarla más precozmente.
    Aunque no puedo asegurarlo, sospecho que esta iniciativa que se realizó y está realizando en toda España, aunque ya se haya demostrado por publicaciones en prestigiosas revistas médicas de EEUU que no aporta beneficio alguno e incluso puede ser contraproducente para los pacientes con esta enfermedad causada por fumar cigarrillos, fue apoyada e incluso posiblemente propuesta por las compañías farmacéuticas que venden medicamentos inhalados para tratar a los enfermos con enfermedades pulmonares crónicas.
    Al diagnosticar más enfermos con EPOC tabáquica, aumentarán las ventas de estos fármacos que es realmente lo único que les interesa a las compañías farmacéuticas. Ningún fármaco broncodilatador detiene la progresión o avance de esta enfermedad, solo proporcionan un ligero alivio de la dificultad respiratoria a algunos enfermos. Lo único que detiene la progresión o avance de esta enfermedad es cesar de fumar cigarrillos.
    La relación impropia de los médicos y autoridades sanitarias con las compañías farmacéuticas es lo que lleva a decir falsas verdades y que los pacientes se las crean, y que muchos de ellos estén tomando medicamentos inhalados y continúen fumando cigarrillos.
   La industria farmacéutica tiene todo el derecho a querer aumentar las ventas, pero el que España sea el segundo país del mundo donde más medicamentos se prescriben no es una casualidad, sino que está muy relacionado con esa relación impropia de los médicos y autoridades sanitarias con las compañías farmacéuticas.
    Y no tienen culpa alguna los pacientes. Que ellos pidan, por ejemplo, medicamentos hasta para “cortar” los resfriados o las gripes no es por su culpa. Es por culpa nuestra, de los médicos, porque les hemos prescrito medicamentos para estos procesos que no los curan, algunos son placebos (expectorantes, mucolíticos, etcétera) y otros están contraindicados (antibióticos). Si pusiéramos estiércol en una cápsula, la venderíamos al 90% de estos doctores, dijo Harry Loynd, presidente de la compañía farmacéutica Parke, Davis and Company, desde 1951 a 1967, en una reunión con sus delegados de ventas en Estados Unidos.
    Los médicos a veces nos olvidamos de que la salud y la enfermedad de las personas les pertenecen a ellas, son las únicas dueñas, no a nosotros. No podemos ir a buscarlas a sus casas para diagnosticar sus posibles enfermedades.
   Nada sucede por casualidad, siempre hay algo detrás que lo explica, como en el caso de las “enfermedades infradiagnosticadas”.


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