"Alergia respiratoria"
Decíamos hace poco que los resfriados
volvían con la llegada de la primavera. También con ella retornan los
agravamientos de los pacientes con asma y rinitis alérgicas a los pólenes de
gramíneas y árboles.
Conviene aclarar antes de nada que no
existe ninguna enfermedad llamada "alergia respiratoria", término que
no aparece en el Código Internacional de Diagnósticos Médicos. Sí hay enfermedades
respiratorias -asma y rinitis- que en algunos pacientes pueden agravarse al
exponerse a los pólenes de gramíneas, ácaros del polvo de casa, animales
domésticos como el perro o el gato, etcétera.
Con el regreso de la primavera aparecen
noticias en los diferentes medios de comunicación sobre los peligros de los
pólenes de gramíneas para los pacientes con asma y con rinitis. Esto es verdad,
pero solo para un porcentaje reducido de ellos afortunadamente. La causa más
frecuente de agravamiento del asma son los resfriados comunes, y de las rinitis
los cambios de temperatura y otros factores irritantes, como el humo de tabaco.
Para diagnosticar
correctamente a los pacientes con asma cuyos síntomas se agravan al inhalar
pólenes de gramíneas lo fundamental es la historia clínica o entrevista que se
realiza al paciente. La mayoría de los niños y adultos con este problema
referirán con suficiente claridad que empeoran sus síntomas en la época del año
comprendida entre marzo y julio. Las agravaciones serán más frecuentes si las
estaciones de primavera y verano son soleadas y ventosas y lo serán menos si
son lluviosas. Para confirmar la sospecha después de la entrevista, cuando
existan dudas razonables, se realizan pruebas cutáneas alérgicas con los presuntos
alérgenos causantes de los agravamientos.
El aire que respiramos transporta muchas
partículas de diferentes tipos y tamaños. Algunas de gran tamaño pueden
asentarse en las paredes y muebles de la casa. Otras partículas grandes son
separadas del aire por la nariz y la boca cuando inhalamos. Las partículas de
menor tamaño son aspiradas hasta lo más profundo de los pulmones.
El asma puede ser desencadenada por
partículas grandes o pequeñas. Algunas partículas que se encuentran en el aire
se originan en el interior de la casa. Otras son transportadas por el aire del
exterior. Las partículas del exterior entran en casa a través de las ventanas,
las puertas y los sistemas de calefacción.
Para la mayoría de las personas, las
partículas que se encuentran en el aire de los interiores no causan ningún
problema. Pero las personas con asma pueden tener problemas en su mismo hogar.
Una persona con asma es sensible a
"factores desencadenantes o precipitantes del asma", entre los cuales
figuran las partículas transportadas por el aire. Aunque cada paciente asmático
tiene distinta sensibilidad, es decir sus pulmones reaccionan de forma
diferente a cada uno de ellos y lo hará en mayor o menor medida dependiendo de
que el asma esté mejor o peor controlada con la medicación adecuada, la mayor
parte de ellos están incluidos en la lista siguiente: 1) Resfriado común, gripe
y otras infecciones respiratorias; 2) alérgenos (partículas que causan alergia)
tales como polen, ácaros del polvo, moho, caspa de los animales domésticos (residuos
muy pequeñas que se desprenden del pelo, plumas y piel) y otros factores
ambientales; 3) contaminación del aire, tal como el humo de tabaco y de madera,
los niveles de ozono altos y los gases del tráfico rodado; 4) emociones fuertes
como el miedo, el llanto o la risa; 5) agentes irritantes que se encuentran en
el hogar, como el polvo, los productos para la limpieza, perfumes, productos en
aerosol para el cabello, diferentes olores o vapores fuertes, pinturas, etc.;
6) ejercicio en exceso o cuando se hace en un clima frío; 7) algunos
medicamentos para el dolor que se compran sin receta médica, y 8) el clima, particularmente el viento y el aire frío.
Los agentes precipitantes varían mucho
entre las personas con asma pero hay un número de ellos que son comunes a
todos, como las infecciones respiratorias y el humo de tabaco. Identificar los
factores desencadenantes no siempre es fácil. Si el paciente con asma conoce
cuáles son los factores desencadenantes que agravan su asma, reducir la
exposición a los mismos puede ayudarle a evitar los ataques de asma. Si no sabe
qué factores desencadenan sus problemas de asma, debe tratar de limitar su
exposición a los agentes sospechosos de uno en uno. Y estar atento para ver si
mejoran sus síntomas. Esto puede demostrarle si ese agente representa un
problema para él.
No se puede controlar la exposición existente en el
aire del exterior al polen y a las esporas de mohos. Cada vez que la
contaminación del aire y los niveles de polen son altos, es una buena idea para
estos pacientes permanecer en espacios interiores.
Es difícil controlar la exposición a los
pólenes de gramíneas, pero, evitar los lugares donde el paciente sabe que se ha
agravado su asma otros años anteriores, conducir con las ventanillas cerradas,
dormir con las ventanas cerradas y no mantenerlas abiertas mucho tiempo durante
el día (sobre todo los días de sol y viento) pueden disminuir los síntomas de los
pacientes con asma y rinitis alérgicas a los pólenes de gramíneas, que tienen
mayor incidencia en niños y adolescentes.
Es verdad que cuando no puedes respirar
nada importa, pero también lo es que afortunadamente hoy los pacientes
asmáticos bien informados y tratados pueden llevar una vida normal, con pocas
agudizaciones. Hipócrates decía hace muchos siglos que la respiración es el
ritmo básico de la vida, y continúa siéndolo.doctorjoaquinlamela.estopdoctors.es/doctor/joaquin-lamela-lopez
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