Lo que piensen los demás
“Pero sobre todo sé fiel a ti mismo, y sigue eso como la noche al día; entonces no defraudarás a nadie” (William Shakespeare)
¿No te importa lo que piensen los demás?
¡Cuántas veces usted y yo habremos oído esta dichosa frase! Comenzamos a oírla
en la infancia y juventud, sobre todo a nuestros padres, y estos pueden
decírnosla así exactamente o cambiarla por esta otra: ¿Es que a ti no te importa
lo que pensemos nosotros?, ¿es que te da igual? Estas preguntas nos preocupaban,
porque casi siempre las decían con toda la razón del mundo porque nuestro
comportamiento no había sido el adecuado. Y claro que nos importaba lo que
pensasen. Estábamos bien cuando ellos pensaban bien y estaban orgullosos de
nosotros.
Más adelante, ya son otros los que nos
hacen estas mismas preguntas o parecidas. Pueden ser novias/novios, esposas/maridos…
A veces, más que hacer preguntas ya lo dan por sentado: ¡Qué poco te importa lo
que yo piense de ti o lo que piensen los demás!, ¡te da igual! O todo lo
contrario: ¡Mucho te importa lo que los demás piensan de ti!, ¡no debería
preocuparte tanto!
¿Y usted qué opina? ¿Cree que debe preocuparnos
lo que los demás piensen de nosotros?
Claro que debe importarnos lo que piensen
de nosotros las personas que nos quieren de verdad. Yo siempre creí que los que
nos quieren –padres, hermanos, tal vez algún otro familiar, esposa/o, novia/o y
algún amigo/a- son los que desean que tengamos un comportamiento fenomenal y
que alcancemos el éxito en nuestro quehacer, y por tanto debemos escucharlos y
tener en cuenta sus opiniones. Siempre le decía a mis hijos, y cuando no se lo
decía lo pensaba, que si los criticaba o reñía era porque me importaban más que
nadie, porque a las personas que no me importaban nunca les llamaba la atención
ni criticaba su conducta.
Fuera de este pequeño círculo, tal vez ya
no hace falta conocer lo que piensan de nosotros. En nuestro país hay
muchas personas que malgastan su tiempo poniendo verdes a unos y a otros, y si usted
pierde el tiempo escuchándolas, lo que le aconsejo no haga y que huya de ellas
como de la peste, se le acercarán para criticar a uno con el que un poco antes podían
estar criticándole a usted. Aquí hay verdadera afición por enterarse de la vida
de los compañeros, conocidos, vecinos… No hace falta más que ver cuánto se
habla y cuchichea en los lugares de trabajo, fuera del horario de descanso. Por
el contrario, familiares míos que trabajan en Estados Unidos de América siempre me dicen que allí
nadie se interesa por la vida de los otros.
Según vamos cumpliendo años nos importa
menos lo que piensan de nosotros los de fuera de la familia. Al contrario de cuando
somos jóvenes, y generalizo aunque por supuesto puede haber grandes diferencias
según el carácter, timidez, y madurez de cada uno, que solemos tener más en
cuenta lo que los demás opinan de nosotros. Incluso a veces puede llegar a ser
una preocupación patológica y convertirse en una verdadera fobia
social (no sé si realmente estarán de acuerdo los psiquiatras, los que saben de
esto).
Por eso concluyo diciendo que debemos tener
muy en cuenta las opiniones de las personas que de verdad nos quieren sobre
nuestro comportamiento para mejorarlo. Y seguir las recomendaciones que nos daba
Benjamin Franklin hace muchos años: “Sé amable con todos, sociable con muchos,
íntimo con pocos, amigo de uno y enemigo de nadie”.
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