¿Mejor la humedad o la sequedad del ambiente?
“La agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre,
sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda
la vida” (Federico García Lorca).
Estas son las
preguntas que me han enviado de un medio informativo y las respuestas que he
dado, que tal vez ni publiquen porque esperasen respuestas más sesudas.
En estas cuestiones, cada profesional puede contar “mentirijillas” según cuál
sea su especialidad porque existen pocas evidencias científicas. Si
alguien las conoce, le agradecería que me informase. No he mencionado la
polución porque no me pareció que viniese a cuento.
¿Es malo tener un
ambiente “reseco” en casa? ¿Cómo puede afectar a nuestra salud?
No
sé si podríamos decir también aquí que en el término medio está la virtud. Una
humedad entre el 40-60 por cien posiblemente sea lo más saludable. La sequedad
del ambiente en casa puede producir “irritación” de las vías respiratorias,
causando picor en la garganta y tos. Esa mayor sequedad también puede afectar a
la piel y causar picor.
Por el contrario,
¿cómo nos afecta un ambiente más húmedo o fresco?
Tal
vez para muchas personas puede resultar más saludable la humedad del aire que evite
la irritación del aparato respiratorio. Si nos referimos al ambiente exterior,
una menor humedad, como sucede en los pueblos de montaña de Castilla, no parece
que afecte negativamente al aparato respiratorio sino todo lo contrario. En
algunas enfermedades como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC) tabáquica, la humedad (las nieblas tan frecuentes de algunos lugares) y
el frío puede afectar negativamente empeorando los síntomas.
¿Qué podemos
hacer para mantener un ambiente “ideal” en casa? ¿De qué nos podemos ayudar?
En mi opinión no hay un ambiente “ideal” en
el domicilio donde viva más de una persona. Una puede tolerar excelentemente un
ambiente de más de 25 grados y no soportar el aire acondicionado, y la otra puede
estar solamente a gusto con una temperatura inferior y aire acondicionado. Mantener
una temperatura en el domicilio entre 18 y 22 grados parece ser lo ideal. En
caso de que el ambiente esté muy “reseco” nos podríamos ayudar poniendo cuencos
con agua o utilizar un buen humidificador.
¿Cómo varía según
vivamos en una zona más húmeda, o más seca?
Creo
que nuestro organismo se adapta maravillosamente, o se tiene que adaptar, a las
condiciones climatológicas del lugar de nacimiento. Y puede notar enseguida
cuando cambian estas condiciones. He nacido en la Costa da Morte de Galicia, y
estudiado en Santiago de Compostela. En los dos lugares la humedad es muy alta.
En Santiago, en la pensión que me hospedaba sin calefacción, en invierno había
que llevar una bolsa de agua caliente por la noche a la cama para recalentar
aquellas sábanas casi mojadas por la humedad. Cuando salí de Galicia a trabajar
a Ponferrada, con un ambiente mucho más seco, mi organismo echaba de menos la
humedad. Eso mismo me contaba algún médico gallego que se había ido a hacer la
especialidad a Madrid. De allí me fui al hospital Valdecilla de Santander y
reviví con la humedad.
Dr. Joaquín Lamela
López
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