"La vejez es un exceso que aumenta por días" (Enrique Jardiel Poncela) Ya casi anochecía. Salí de la consulta, y como todos los días tomé el camino para ir a mi casa. Caminé unos doscientos metros y, cuando ya estaba llegando, comencé a ver líneas luminosas verticales, ligeramente inclinadas, y también rotas, que aparecían y desaparecían bruscamente de la parte externa de mi ojo izquierdo. Al principio pensé si serían irreales, imaginarias, pero no había tomado pizca de alcohol ni otras substancias ilícitas, ya que hice lo de todos los días al terminar la consulta, irme directamente para casa. Seguía viéndolas y empecé a preocuparme por el significado de estos destellos rectilíneos o ligeramente curvados que parecían relámpagos. Me paré, apoyé el maletín en un banco cerca del parque de San Lázaro, y me pareció que ya no los veía. Cogí el maletín, caminé, y otra vez los resplandores. Desde que estudié oftalmología en cuarto curso de Medicina no he vuel
Comentarios
Publicar un comentario