Los ricos están más delgados, no fuman y toman menos medicinas
"Creo firmemente que si todos los medicamentos del mundo fueran lanzados al mar, sería mucho mejor para la humanidad y mucho peor para los peces" (Oliver Wendell Holmes, poeta y médico estadounidense)
Hace poco firmaba un artículo Marta Ley en
elmundo.es titulado "Cuánto más ricos, más delgados", y decía, además
de otras cosas interesantes, que entre los altos directivos de empresas hay
casi tres veces menos personas con obesidad (8%) que entre los trabajadores no
cualificados (21%). También decía que la proporción de personas con sobrepeso
es prácticamente el doble entre la población que no sabe leer o escribir que
entre los universitarios.
Y me acordé que también los ricos y las
personas con estudios superiores fuman menos, hacen más deporte y toman menos
medicinas.
El motivo de estar más delgados puede
deberse a múltiples causas. Una de ellas, la mejor información sobre la
relación directa entre delgadez y salud, y sobre la relación, también directa,
entre obesidad y múltiples enfermedades: diabetes, síndrome metabólico,
cánceres de útero, mama y colon, enfermedad hepática grasa no alcohólica,
colelitiasis, enfermedad por reflujo gastroesofágico, síndrome de ovario
poliquístico, incontinencia urinaria, apnea obstructiva del sueño, síndrome de
hipoventilación obesidad, osteoartritis, gota, pseudotumor cerebral,
dislipemia, enfermedad cardiaca coronaria, fallo cardiaco congestivo,
hipertensión, accidente cerebrovascular y depresión.
Pero lo que más influye en lo de estar
delgados es probablemente la voluntad (http://joaquinlamela.blogspot.com.es/2013/05/la-voluntad.html).
Lo normal es que para llegar más arriba en la empresa haya que trabajar duro, y
para eso, lo mismo que para quedar con hambre, hay que tener (mucha) voluntad. La
voluntad, por lo general, escasea en las personas obesas, como en la enferma de
talla más bien pequeña y 130 kilos de peso que me contestó el otro día, después
de decirle que tenía que comer menos: “doctor, venga aquí, le aseguro que no
como nada”. Le respondí, respetuosamente, que entonces tenía que comer la mitad
de nada para adelgazar y poder disfrutar de mejor salud.
Y también se necesita voluntad para no
comenzar a fumar o para dejarlo si uno ya ha empezado.
Algo muy importante para disfrutar de buena
salud es tomar pocas medicinas, solo las estrictamente necesarias. Y es verdad
que a los ricos, o mejor dicho, a los de mayor nivel cultural no les gusta tomar
medicinas. Es raro encontrar personas de edad de alto nivel formativo tomando
muchas píldoras al día, y, sin embargo, es muy frecuente encontrarlas en las de
un nivel cultural y económico más bajo. Claro que esto puede deberse a las
razones esgrimidas anteriormente: tienen mejor salud y padecen menos
enfermedades porque comen menos, hacen más ejercicio y fuman menos.
En personas de un nivel educativo más bajo
es frecuente encontrar personas de edad que, aún sin estar enfermas, toman muchas
medicinas todos los días: aspirina para prevenir trombosis arteriales,
medicamentos para la osteoporosis (que no es una enfermedad, sino una
rarefacción de los huesos que les ocurre cuando envejecen), medicamentos para
bajar el colesterol (el colesterol elevado puede ser únicamente un factor de
riesgo para sufrir enfermedades vasculares), medicamentos para la hipertrofia de
la próstata (el agrandamiento prostático en los hombres también está
relacionado con la madurez)… Y los medicamentos tienen efectos adversos. Si
está interesado en este asunto le recomiendo leer “Medicamentos que matan y
crimen organizado. Cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de
salud”, escrito por el médico danés Peter C. Gotzsche.
Oscar Wilde dijo que solo nos
diferenciábamos de los animales en que a ellos no les gusta tomar medicamentos
-esto va en contra de lo que comentamos anteriormente, o tal vez no y los
animales tengan mucha inteligencia y un alto nivel formativo-. Nos gusta comer
y vivir bien como les gusta a ellos. Pero los ratones a los que se les hizo
pasar hambre vivían mucho más que los ratones a los que se les había dado mucho
de comer. Si no le apetece irse demasiado pronto para el cielo, no fume, coma
poco y haga ejercicio.
Como
en otras ocasiones no he tenido más remedio que generalizar, porque habrá
personas con mucho dinero o alto nivel educativo que sean obesas, no hagan
ejercicio y tomen muchos medicamentos, y otras mucho más pobres o con un nivel
cultural más bajo que sean delgadas, hagan mucho ejercicio y no tomen
medicamentos.
Creo que vale la pena recordar, una vez
más, lo que dijo Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la
energía atómica: la voluntad”.
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