Luís Suárez, el uruguayo
"El
hombre parece tener más carácter cuando sigue su temperamento que cuando sigue
sus principios" (Friedrich Nietzsche)
A Uruguay, ese país sudamericano que no
conozco y al que mi padre emigró muy joven, le tengo un gran cariño. Cuando
regresó de allí, hablaba muy bien de Montevideo, donde trabajó duro durante
años y también compraba y vendía cosas de estraperlo. Una de esas cosas me la
regaló cuando volvió: una carterita de bolsillo, de piel de cocodrilo, preciosa,
con las esquinas protegidas por pequeñas cubiertas de oro o chapadas en oro.
Muchos años después, alguien que trabajó en casa la robó y lo sentí muchísimo.
Tenía, además, una plaquita rectangular de oro con mis iniciales grabadas, que
serviría muy bien ahora para uno de mis hijos que tiene las mismas iniciales, y
que como los otros dos hermanos adoraba a su abuelo. Mi padre siempre me habló
muy bien de los uruguayos. Decía que, aunque tal vez un poco vagos, eran muy
educados y muy buenas personas.
Y una buena persona me parece a mí, Luís
Suárez, ese jugador uruguayo, sancionado duramente por la FIFA por el mordisco
que le dio en el hombro a un jugador de Italia, quien ha dicho ahora que el
castigo que le han impuesto le parece excesivo. Solo ellos dos saben lo que se
hicieron y dijeron durante el partido, antes del mordisco. ¿O no recuerda lo
que pasó en otro mundial en el que Zidane le dio un cabezazo a un jugador
italiano, y fue expulsado, por haber injuriado a su familia?
Incluso ahora algún periodista lo compara a
un mono, porque al parecer eso es lo que hacen los monos cuando están
enrabietados. ¿Acaso ese periodista, usted y yo no descendemos del mono igual que
Luís Suárez? ¿Acaso somos o tenemos que ser todos iguales en la respuesta a una
provocación? Tengo tres hijos y estoy seguro que los tres responderían de forma
diferente a una provocación, y en eso claro que tendrá que ver la educación,
pero también los genes. Al parecer, el padre de Luís Suárez también tenía mucho
genio o temperamento.
Su abuela, la que probablemente mejor le
conozca junto con su madre, dice que no sabe lo que le pasó a su “negrito”.
Luís es buenísimo, pero es calentón desde chiquito, dijo la abuela. Y agregó:
no sé por qué tiene esos arranques, cuando tiene todo para ser feliz. Quizás el
divorcio de sus padres… Un psicólogo dice que estuvo tratado por la ira y que
pensó que ya estaba controlado. Y el propio futbolista ha dicho que sin ese
carácter no habría llegado a ser el futbolista qué es.
Estoy de acuerdo con la abuela. Las
personas que tienen esos prontos, esos calentones no son peores que los que no
los tienen, ni son más torpes. Suelen ser incluso más buenas personas y pueden
ser muy inteligentes. Mi padre tenía prontos, enfados, fáciles a veces, aunque
no mordía a nadie, y era inteligente y muy buena persona.
Por supuesto que no estoy disculpando lo
que hizo Luís Suárez, ni que no merezca ese u otro castigo mayor o menor, pero,
aunque no muerdan, no estoy seguro que los prebostes de la FIFA no merezcan
castigos más severos por los tejemanejes que hacen para otorgar a unos u otros
países los mundiales de fútbol, y por los beneficios en metálico o en especies que
probablemente se lleven a cambio.
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