Ser íntegro
“Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores” (Benjamin Franklin)
El otro día leí en el periódico que José
María del Nido, el hasta hace poco presidente del Sevilla Club de Fútbol, le
dijo a sus hijos, cuando iba a entrar en la cárcel: “no os preocupéis, sed
fuertes e íntegros”.
¿Cómo puede decirle un padre que va entrar
en la cárcel, por su falta de integridad, a sus hijos qué sean lo que él no ha
sido? ¿No se habrá dado cuenta a lo largo de su vida que la única forma de
influir en los hijos es con el ejemplo y no con las palabras?
Pero tampoco me extrañó, porque en este
país, en el que la injusticia y el enchufe están a la orden del día, la
diferencia entre rectitud y corrupción casi no existe para una gran mayoría.
Al ser tan habitual la recomendación y la
corrupción terminamos por considerarlas normales. ¿Quién no ha pedido una
recomendación para un familiar o un amigo? ¡Quién no ha pensado, después de
leer que algún personajillo político había enchufado a algún familiar o amigo
en un cargo público, a veces creado expresamente para él e innecesario, “yo
haría lo mismo”!
Lo más peligroso es llegar a creer que esto
no está tan mal, "ya que no perjudica a nadie". Y es todo lo contrario. Hace
mucho daño a los más competentes, y por tanto hace mucho daño a toda la
sociedad.
Señor del Nido, si quiere que sus hijos
sean íntegros ahora, debió haberlo sido usted antes, haber predicado con el
ejemplo, no con la palabra.
¿Qué cómo se es íntegro? Se es íntegro
trabajando duro para adquirir propiedades, con el propio esfuerzo únicamente,
sin trampas ni sinecuras. Se es íntegro yendo siempre con la verdad por
delante. Se es íntegro no engañando para obtener beneficios. Se es íntegro no
solicitando ayudas en pruebas de validez para obtener ventajas injustas sobre
otros aspirantes, etcétera, etcétera, etcétera.
No se es íntegro cuando se dice una cosa y
se hace la contraria; no se es íntegro cuando se quiere desprestigiar a alguien
hablando por detrás y no a la cara; no se es íntegro cuando se intenta obtener
prebendas con engaños y mentiras; no se es íntegro, en fin, cuando no se es honrado,
y usted sabe muy bien, como yo, lo que significa serlo.
¿Un ejemplo de integridad? El de mis padres
y el de muchos otros padres que no conozco, que trabajaron duro y fueron
honestos toda su vida para darnos la mejor formación que podían sin solicitar
recomendación que nos beneficiara injustamente.
¿Un ejemplo de no integridad? El de casi
todos los políticos de este país. Aunque siga la mayor parte campando a sus
anchas, sin entrar en la cárcel como tuvo que hacer el señor del Nido, porque
incluso entre los corruptos hay calañas y los jueces
"respetan" a unas más que a otras.
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