"Gripe mal curada"






"Un enfermo pega el mal a veinte sanos y mil sanos no pegaron jamás salud a un doliente" (Francisco de Quevedo)




    Cada año, cuando llega el intenso frío del invierno, la gripe comienza a afligirnos. Cuatro a seis semanas después alcanza el pico de mayor incidencia en la población, que suele coincidir con los días finales de enero o primeras semanas de febrero.

    Los síntomas de la gripe: escalofríos, fiebre, dolores musculares, estornudos, tos, malestar general y dolor de cabeza, duran pocos días -al paciente le parece una eternidad- y desaparecen lentamente, hasta volver al estado precedente en una o dos semanas. En algunos pacientes persisten los síntomas pasadas esas dos o tres semanas y la recuperación no llega. Cuando esto sucede la gente habla de "gripe mal curada".

    “Gripe mal curada” no es un término apropiado. El periodo de convalecencia después de una gripe es distinto en cada paciente, pero este nombre no existe en la terminología diagnóstica médica, y lo que popularmente se conoce como “gripe mal curada” se trata habitualmente de complicaciones de la gripe, de otros trastornos que se han presentado simulando gripe, o de enfermedades que estaban latentes y sus síntomas se mezclaron y confundieron con los de la gripe.

    Complicaciones respiratorias de la gripe - La complicación más frecuente e importante de la gripe es la neumonía. La neumonía es una infección de los pulmones, la mayor parte de las veces causada por una bacteria, que debe ser diagnosticada y tratada lo antes posible. Es la principal causa de mortalidad durante las epidemias de gripe, sobre todo en las personas de edad avanzada. La neumonía puede estar causada por el propio virus gripal, y en este caso el pronóstico puede ser peor porque no hay antibióticos eficaces contra el virus de la gripe, llamado influenza.

    Una complicación más rara y menos grave es la sinusitis. Es una infección de los senos paranasales -cavidades aéreas revestidas de mucosa, localizadas en los huesos craneales, que se comunican con la cavidad nasal y que comprenden los senos maxilares, frontales, etmoidales y esfenoidales- causada por bacterias o virus. Conviene diagnosticarla y tratarla precozmente, cuando la causa es bacteriana, para evitar la cronicidad.

    Enfermedades que pueden simular gripe - En las epidemias de gripe, cualquier proceso respiratorio con fiebre, tos, cansancio y malestar general es fácil que sea atribuido por el paciente y el médico a esta infección vírica. En la gripe sin complicaciones, los síntomas comienzan a mejorar a partir de la primera semana y desparecen en una o dos semanas más. La neumonía puede confundirse con la gripe porque se manifiesta con síntomas parecidos, y es importante diagnosticarla precozmente porque los antibióticos curan las neumonías bacterianas y la mortalidad puede aumentar si se retrasa el inicio del tratamiento. La sinusitis aguda también puede simular gripe; descarga de moco y obstrucción nasal, dolor de cabeza, que los pacientes refieren como "cargazón" en la frente y en la región superior de la cara, voz nasal, estornudos, tos y fiebre que no suele ser muy elevada, son sus síntomas habituales. La tuberculosis pulmonar también puede simular gripe aunque suele tener un comienzo más insidioso, la tos aumenta progresivamente, son raros los escalofríos, y la fiebre es frecuentemente vespertina y poco elevada al comienzo. En el cáncer de pulmón la tos es el síntoma inicial más frecuente, pero puede haber también fiebre y cansancio.

   Enfermedades latentes que pueden manifestarse coincidiendo con la gripe - El paciente con cáncer de pulmón que aún no se ha manifestado clínicamente puede tener la gripe y, simultáneamente, iniciarse los síntomas del cáncer. No es infrecuente, desafortunadamente, que un enfermo acuda al médico varias semanas, incluso meses, después de finalizada la epidemia de gripe con tos, esputos con sangre, cansancio y pérdida de apetito, causados por cáncer pulmón y que los achaque a la "gripe mal curada".


    Por todo lo comentado, sería bueno desterrar la expresión "gripe mal curada" de nuestro vocabulario. Cuando los síntomas de gripe duran más de dos o tres semanas, sin notar mejoría, el paciente debe consultar al médico porque puede tratarse de una complicación de la gripe, una enfermedad que puede parecer gripe, u otra enfermedad que estaba comenzando a dar la cara y que la gripe enmascaró.

    Las razones expuestas para proscribir "gripe mal curada" sirven igualmente para "catarro mal curado". El catarro nasal o resfriado común es una infección respiratoria aguda, causada también por un virus, en el que los síntomas respiratorios son similares a los de la gripe, aunque los síntomas generales suelen ser más leves y sin fiebre alta; los síntomas de inicio se localizan en la nariz o garganta y terminan siempre o casi siempre "bajando al pecho" porque se produce bronquitis. La complicación más frecuente del resfriado común es la sinusitis, y es normalmente la causa del “catarro mal curado”.

    ¡Ah! Se me olvidaba decirle que cuando sufra una gripe, un catarro nasal o una bronquitis aguda no nos haga mucho caso si los médicos le recomendamos beber dos o tres litros de agua al día. Nunca se ha demostrado que eso sea más beneficioso que beber según la sed que tenga, y beber sin sed es tan o más desagradable que comer sin hambre.

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