El mejor trabajo
“Todo está cambiando.
La gente se toma en serio a los humoristas y a los políticos como una broma”
(Will Rogers)
Hace unos días veía al anterior alcalde de
Orense, él que perdió las últimas elecciones celebradas en abril de este año, paseando
por la playa con un amigo. Se le veía contento, a pesar de que esta vez el
partido popular por el que se presentaba sacó menos votos que el partido
socialista. Ahora gobierna democracia orensana, en coalición con el partido
popular.
Durante estos cuatro años la ciudad sufrió
pocos cambios. El alcalde lo achacaba a que los partidos de la oposición no
habían ayudado a aprobar un solo presupuesto. Y que no podía aprobarlos porque el
partido popular no tenía mayoría absoluta.
Después de perder las últimas elecciones no
quiso o no lo dejó el partido seguir de concejal. Si el ayuntamiento de Orense
fuese una empresa privada es probable que, ya que el alcalde había obtenido
unos malos resultados en estas elecciones, hubiese sido despedido.
¿Qué ha sucedido? Su empresa, el partido
popular, no lo ha despedido. Lo ha gratificado. Lo designó senador autonómico.
Ahora, vivirá mejor. El sueldo será bueno,
no sé si mayor o menor al cabo del año que el que tenía de alcalde, pero “trabajará”
menos, si ir al senado con dietas una vez a la semana, sentarse y votar lo que diga
el partido, se puede llamar trabajo.
Muy pocos políticos, o ninguno, que ostentan
un cargo en su partido, son despedidos. Pero también sucede lo mismo en otros
cargos designados a dedo por los políticos que dirigen las autonomías. Si eres
del partido que gobierna la autonomía y te eligen a dedo para director gerente
o médico de un hospital, aunque lo hagas mal no te despiden, solo te cambian de
hospital. ¿Hay algún trabajo en España mejor que el de político?
Claro que estaré equivocado, pero lo pienso
desde hace mucho. Amancio Ortega, el dueño de Inditex, eligió a Pablo Isla, uno
de los mejores gestores de empresas en el mundo, para dirigir Inditex. ¿No
valdría la pena que lo ficháramos, pagándole más que el dueño de Zara, para
gobernar España, nuestra empresa?
¡Qué pena!
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