Son iguales los unos y los otros
Juan Marsé, en una entrevista reciente en El Cultural, suplemento del periódico El Mundo, se refería al
derecho a decidir de los catalanes y decía que “el famoso derecho a decidir no
significa más que esto: derecho a decidir que me jodan unos u otros. Qué más
da”. Expresaba, además, que se sentía engañado y robado tanto por los poderes
de Madrid como por los poderes de Barcelona.
Uno puede no estar de acuerdo en la forma de decirlo pero en el fondo
nadie lo podría decir mejor, ni más claro. Y esto es seguramente lo que pensamos
muchos españoles.
Bien. Esto es así. Pero tenemos que preguntarnos: ¿Cómo los hemos dejado
llegar adónde están? ¿No había nadie mejor que todos estos? Al decir todos
estos, me refiero a todos los políticos. ¿Acaso somos igual de corruptos, incapaces,
engreídos y estúpidos todos los españoles?
En este país, fundamentalmente a causa de la envidia, es más fácil que
llegue “más arriba” un estúpido que una persona cabal e inteligente. Esto no
quiere decir que no haya ninguna persona honrada e inteligente “arriba”, pero
las que están y merecen estarlo, lo han logrado por su valía, a pesar de las
zancadillas de los malvados, estúpidos y envidiosos. Si no está de acuerdo,
párese un momento y vea quien dirige o ha dirigido la empresa en la que usted
trabaja o ha trabajado. Si es o ha sido una empresa pública, estoy casi seguro
que quien la dirige o ha dirigido es o ha sido un incapaz nombrado a dedo por
otro incapaz superior, igual de incompetente o más, y del mismo partido que
gobierna o ha gobernado la región o autonomía. Y seguro que recuerda a jefes u
otros altos cargos también elegidos no por sus méritos, sino por ser
embaucadores, amigos o familiares, o del mismo partido político del inepto que
les ha nombrado.
Han llegado “arriba”, además, porque desde siempre en nuestro país es
más fácil que lleguen ahí los malvados, estúpidos e inútiles, porque son más y
se apoyan entre ellos. Y no toleran, o lo toleran muy mal, a los que son diferentes,
a los que no son de su manada ni de otra. ¿Qué no está de acuerdo? Pues vea
entonces lo que todos estos, antes y ahora, aquí y en otros lugares, hicieron y
hacen con los que valían y valen, con los que eran o son diferentes. Le pondré ejemplos
de algunos de antes, de otros lugares, que no eran de la manada: Sócrates, Séneca,
Jesucristo. Uno de ahora, de hace muy poco, de aquí, Manuel Pizarro. Creo que este
abogado del estado, licenciado en Derecho a los 22 años, hace poco presidente
de Endesa y antes de la Bolsa Española, era una buena persona, inteligente y
útil. Erradamente -todos nos equivocamos una o muchas veces a lo largo de
nuestra vida- se metió en un partido político. No duró casi nada porque no era
de la manada, y los malvados, golfos, inútiles y estúpidos del partido político
donde estaba no podían permitir que un señor de estas características pudiese
alterar el camino trazado por ellos.
¡Claro que los hay mejores para dirigir
este país! Pero no están ahí. Y no lo están porque están mejor desempañando con
pasión sus profesiones, y porque la política, mejor dicho la política y los
políticos de este país, están totalmente desacreditados. Por eso dijo muy bien Enrique Jardiel Poncela de los de
nuestro país: “El que no se atreve a ser inteligente, se hace político”. Aunque
debe pasar algo parecido en muchos otros países, porque Chesterton
también escribió: “Si no logras desarrollar toda tu
inteligencia, siempre te queda la opción de hacerte político”.
Respecto a la última cuestión que planteaba
al principio, soy totalmente pesimista. No es que crea que todos los españoles
somos igual de estúpidos, corruptos, engreídos e ineficaces, pero creo que
nuestro nivel de formación, o cultural, es muy bajo. No hay más que ver la
audiencia que tienen ciertos programas de televisión, o las ventas fabulosas de
libros de memorias de algunos personajillos que actúan en estos programas. Y
por este nivel tan bajo de educación o formación es por lo que triunfan los políticos
charlatanes de nuestro país. Sería impensable que los que tenemos aquí fuesen
votados en Finlandia u otros países del Norte de Europa.
Las distintas castas de todos nuestros políticos
se parecen en dos cosas: que no dejan entrar a nadie en el partido con un nivel
de honestidad e inteligencia superior al de ellos (¡con el poco nivel que hace
falta!), y que se preocupan mucho más de la seguridad de su puesto que de la
marcha del país. ¡Ah!, y en otra cosa. Siguen todos al pie de la letra la regla
de no decir en el poder lo que decían en la oposición, como señaló John
Galsworthy.
Termino con este lúcido pensamiento de
Bertrand Russell: "Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo
imposible. Los políticos por hacer lo posible imposible".
¡Le deseo buena salud y mucha felicidad en este
nuevo año!
P.D.: No comulgo con ningún partido -precisamente, los que no comulgamos con ninguno, somos los que más detestan los políticos-, pero no me importa decir públicamente que los dos gallegos, el jefe del gobierno de España y el de Galicia, me parecen, a día de hoy, los que tienen más sentido común (31 de diciembre de 2016)
P.D.: No comulgo con ningún partido -precisamente, los que no comulgamos con ninguno, somos los que más detestan los políticos-, pero no me importa decir públicamente que los dos gallegos, el jefe del gobierno de España y el de Galicia, me parecen, a día de hoy, los que tienen más sentido común (31 de diciembre de 2016)
www.clinicajoaquinlamela.com
http://joaquinlamela.blogspot.com.es
https://twitter.com/LpezInfo
https://facebook.com/joaquinlamela
https://facebook.com/clinicajoaquinlamela
Google+
https://twitter.com/LpezInfo
https://facebook.com/joaquinlamela
https://facebook.com/clinicajoaquinlamela
Google+
Comentarios
Publicar un comentario