La gripe llegó con el frío
“Un enfermo pega el mal a veinte sanos y mil sanos no pegaron jamás salud a un doliente” (Francisco de Quevedo)
La gripe es una enfermedad respiratoria contagiosa,
provocada por el virus influenza que
infecta la nariz, la garganta y los pulmones. Este virus puede causar una
enfermedad leve o grave y, en los peores casos, puede llevar a la muerte. Con
la llegada del frío, la actividad del virus influenza que causa la gripe
aumenta y, en consecuencia, se incrementan
los casos de gripe. De hecho, la mayor parte de los casos de gripe suelen
darse a finales de enero o en el mes de febrero, aunque este año se adelantó el
frío a noviembre y por eso también se adelantó la gripe. El virus que ya está
circulando por España y toda Europa, es el virus de la gripe A, una subclase de
la cepa H3N2, conocido como subclase K. Esta variante no coincide plenamente
con la cepa H3N2 incluida en la vacuna de este año. Aunque faltan los datos de
efectividad da la vacuna de esta temporada, los estudios de laboratorio indican
que los anticuerpos incluidos por la vacuna reconocen peor a este virus. Pero
esto no significa que la vacuna sea inútil. En otras temporadas con H3N2, la
vacunación redujo las hospitalizaciones, las neumonías y las complicaciones
graves.
La vacuna antigripal protege a
los vacunados de manera diferente cada año, a causa de las frecuentes mutaciones del virus que causa la
gripe. Por lo tanto, las personas pueden padecer la gripe, aunque se hayan
vacunado. Y aunque sea el mismo virus de este año que el de la vacuna, las
personas pueden infectarse, pero las complicaciones posiblemente serán menores.
Es necesario diferenciar los episodios de gripe de los resfriados y bronquitis agudas, ya
que estos son causados por otros virus distintos, sobre los que la vacuna
antigripal no tiene ningún efecto protector.
Las personas que contraen la gripe suelen presentar alguno o todos
estos síntomas: fiebre, tos, dolor de garganta,
mucosidad nasal o nariz tapada, dolores musculares y
corporales, dolores de cabeza, fatiga.
Algunas personas también pueden tener vómitos y diarrea, pero esto es más común en los
niños que en los adultos.
Propagación
de la influenza
El virus de
la gripe se contagia principalmente a través de las gotas que se producen al toser, estornudar o hablar. Estas
gotas pueden caer en la boca o en la nariz de las personas que se encuentran
cerca. Una persona se puede infectar con el virus influenza si toca una
superficie o un objeto contaminado con el virus y luego se lleva las manos a los
ojos, la boca o la nariz.
Período de
contagio
Una persona
puede contagiar la gripe a otra persona antes de saber que está enfermo o
mientras lo está. De hecho, la mayoría de los adultos puede contagiar a otras
personas a partir del día antes de que los síntomas se
desarrollen y hasta 5 o 7 días después del inicio de la enfermedad. Existen
algunos casos, en especial los niños y las personas con sistemas inmunitarios
debilitados, podrían causar contagios
por un tiempo más prolongado.
La gravedad
de la gripe
Generalmente,
hay ciertas personas que corren más riesgo de presentar complicaciones graves
si contraen la gripe. Es el caso de las personas
mayores, los niños pequeños, las
mujeres embarazadas y las
personas con ciertas afecciones, como asma, diabetes o enfermedades cardíacas.
Complicaciones
debido a la influenza
Las
complicaciones que pueden producirse cuando una persona contrae la gripe pueden
incluir neumonía bacteriana, infecciones del oído, sinusitis, deshidratación y empeoramiento de las
condiciones médicas crónicas, tales como insuficiencia
cardíaca congestiva, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma o diabetes.
Vacunación
contra la gripe estacional
La vacunación
anual contra la gripe se debe realizar desde el momento en que la vacuna está
disponible, que generalmente es antes de octubre. El desarrollo de anticuerpos
para proteger el cuerpo contra la infección por el virus de la gripe se retrasa
aproximadamente dos semanas a partir
de la vacunación. Por eso, lo más recomendable es que las personas se vacunen
para estar protegidas antes de que el virus de la gripe comience a circular.
Cómo prevenir la gripe
Cuando llega la gripe, una medida efectiva es lavarse las manos frecuentemente. La manera más común de contraer
la gripe es tocarse los ojos, la nariz o la boca con las manos llenas de
gérmenes. De esta manera, es recomendable llevar a cabo una higiene correcta, lavando las manos con
agua tibia y jabón durante 30 segundos, conservándolas limpias y alejándolas de
la cara. También es importante mantener una distancia prudente si está si la persona está cerca de otra que
está enferma de gripe.
Tratamiento
para la gripe
Para tratar la gripe, es importante quedarse en casa y no acudir al trabajo, escuela o lugares
públicos. En este sentido, los expertos recomiendan tomar algún antitérmico y remedios caseros. Además, aconsejan cubrir la boca y la nariz
con un pañuelo al toser o estornudar, pero nunca con la mano. Incluso, si no
puede, debe cubrirse la boca al toser con el codo o antebrazo. Sólo es necesario acudir al médico
en los casos más graves, porque así
se evita la ingesta de medicamentos innecesarios e ineficaces que pueden
perjudicar todavía más la salud del paciente.
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