¡Cuánto nos gusta (a casi todos) tomar medicamentos y cuán equivocados estamos!



“No es la mejor manera de tratar a los enfermos que un médico ignorante acumule remedios sobre remedios” (Erasmo de Rotterdam)




    Intentaré demostrar que la aseveración del título es cierta, pero tal vez necesite dos o más artículos para hacerlo.
    Esto no quiere decir que las medicinas no sirven para nada. Sería una estupidez por mi parte. ¡Cómo iba a decir que la penicilina y muchos otros antibióticos, los analgésicos, los “protectores” gástricos, los cardiotónicos, etcétera, no han sido un gran avance para el tratamiento curativo o sintomático de distintas enfermedades!
    Pero es verdad que hay una serie de medicinas que están a la venta en las farmacias que nunca han demostrado validez terapéutica, y también hay otros fármacos de gran valor, cuando están bien indicados, que últimamente se mal indican. Pondré ejemplos a continuación, relacionados fundamentalmente con mi especialidad, la neumología.
    Un ejemplo del primer grupo son los jarabes que los médicos indican para los catarros -este término habitualmente se emplea para los resfriados comunes o bronquitis agudas, muchas veces asociados, ya que los síntomas pueden comenzar con un catarro nasal o resfriado común y terminar como una bronquitis aguda, que la población refiere como que el resfriado le ha bajado al pecho-. Estos jarabes pueden llevar “mucolíticos” o “expectorantes” solos o asociados a otros fármacos, como broncodilatadores o antihistamínicos, para “calmar la tos y aumentar la expectoración”. Con respecto a la famosa acetilcisteína u otros “mucolíticos” y “expectorantes” similares, podemos decir que nunca se ha demostrado científicamente efecto beneficioso alguno; por eso les oí decir a neumólogos mejicanos que ellos le llaman medicamentos inocentes porque no hacen bien pero tampoco hacen mal y entretienen al paciente. Sí, sí, ya sé que muchos pacientes cuando los toman refieren que les ayuda a expectorar, pero ni el paciente ni los médicos podemos saber cómo estarían expectorando si no los tomaran. El mejor expectorante es la tos y la expectoración en estas enfermedades aparece varios días después de iniciada la tos, que al principio es seca. Esto puede coincidir con la toma de mucolíticos y el paciente puede achacarlo al medicamento que esté tomando. Ademásel, los medicamentos, aún sin efecto beneficioso alguno sobre el trastorno que padece el paciente, pueden producir un efecto placebo o efecto beneficioso sobre la salud, relacionado con la fe del paciente en el medicamento o en el médico.
    A los resfriados o bronquitis agudas en personas sanas, si no se complican, los cura el paso del tiempo, ya que están causados por virus, para los que no hay antibióticos efectivos y por eso no están indicados, aunque se mal recomiendan en muchas ocasiones. Claro que si al paciente se le han mal recomendado medicamentos como los citados anteriormente este puede creer que fueron ellos los que han influido en la curación del resfriado o bronquitis aguda. Y esta creencia se debe a una mala información de la que muchas veces el médico es el responsable, porque cuesta menos tiempo prescribir un medicamento al paciente que explicarle que no precisa medicación alguna, después de haberle entrevistado, explorado detenidamente y diagnosticado correctamente.
    Un ejemplo del segundo grupo son los corticoides inhalados. Estos fármacos tienen un efecto beneficioso no curativo para tratar los síntomas del asma, pero no están indicados en las infecciones respiratorias víricas de los niños, a pesar de que hoy es muy frecuente ver como los mal indican los pediatras en estas infecciones. Los niños, sobre todos los que asisten a guarderías se pasan los meses de otoño e invierno sufriendo resfriados y bronquitis, con mocos y tos, unos detrás de otros, que se curan solos, con el paso de los días y, por supuesto, no están indicados los antibióticos ni los corticoides inhalados. Mi nieta, que va a una guardería, ha sufrido miles de episodios de estos en los dos últimos otoños-inviernos y no ha tomado ningún medicamento. Y está muy sana.
    Entonces, se preguntará usted, ¿por qué los médicos prescriben y mal indican tanto los medicamentos? Hay una serie de razones, que le expondré en el próximo escrito.



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