Cartas a mi nieta
Consejos para ti, Valentina
“Un día mi abuelo me dijo que hay dos
tipos de personas: las que trabajan, y las que buscan el mérito. Me dijo que
tratara de estar en el primer grupo: hay menos competencia ahí” (Indira Gandhi)
Estuve pensando si dártelos y si dártelos
ahora. La duda en si dártelos es porque creo que los consejos de palabra sirven
de poco y valen más los que se dan con el ejemplo. Mi padre nunca me los dio de
palabra pero me los dio con su honrado comportamiento, y con su laboriosidad y
seriedad, de padre y marido. Y también, porque siempre recuerdo las palabras de
un querido amigo muy inteligente -como ves, todos mis amigos son muy
inteligentes; te recomiendo que hagas los mismo, que te rodees de gente
inteligente- ya fallecido, que decía que nadie tenía que dar consejos a nadie,
y que a él no le gustaba que se los dieran, porque uno tiene que arreglarse y
aprender por sí mismo.
Dudé menos sobre si dártelos ahora. Como en
pocos meses cumplirás dos años, dado lo avispada que eres, pronto podrás
leerlos y entenderlos.
No
seas caprichosa – Este consejo es para cuando puedas leerlos porque es en
la infancia cuando una niña como tú se puede hacer o volver caprichosa. No sé
si realmente esta característica se hereda o se adquiere. Si se hereda,
entonces ya no me preocupa que lo vayas a ser porque ni tu padre ni tu madre lo
son. Bueno, a tu madre, como a todas las mujeres, le gusta más salirse con la
suya que a tu padre, pero esto creo que no es ser caprichosa, o al menos como
yo entiendo lo de caprichosa.
Obedece
a tus padres – No estarás algunas veces de acuerdo con sus órdenes, pero
debes tener en cuenta que las que te den serán siempre porque consideran que
son las mejores para ti, para tu formación. Siempre recuerdo cuando era joven,
posiblemente a los catorce o quince años, y quería ir a una fiesta en el
verano, lejos de la aldea, con los otros chicos del pueblo. Mi madre me dijo
que no me dejaban ir. Me fui para la habitación y les amenacé con que no
cenaría. Ella, aunque deseaba que cenase, me dijo que no me pasaría nada por no
cenar. Dos horas más tarde mis padres estaban cenando y yo, aunque tenía
también muchas ganas de cenar, no quería mostrarles que era el equivocado y no
salí de la habitación. Me quedé con ganas de cenar, me desperté al día
siguiente y me di cuenta que habían hecho muy bien (bueno, no sé si me di cuenta
al día siguiente o más adelante) no dejándome ir a la fiesta. Valentina, lo más
cómodo para los padres, es decir a los hijos que sí a todo lo que les pidan,
cumplirles todos los gustos si pueden económicamente, pero esto es educarlos
muy mal. Recuerdo lo que le oí a un afamado neurólogo andaluz, ya jubilado, que
había trabajado en un hospital americano, y que impartía una conferencia en
Sevilla. Dijo que al cerebro todavía no formado de los niños le venía muy bien
recibir órdenes de sus padres contrarias a sus deseos. Y que, además, no había
por que decirle el motivo de por qué se le negaba su deseo. Incluso explicaba
científicamente, neurológicamente, las razones pero no las recuerdo
Iba añadir que también los amaras pero esto
estoy seguro que lo vas a hacer porque será difícil encontrar a padres que quieran
más a sus hijos que lo que ellos te quieren a ti.
Escoge
bien tus "amistades" - Pongo amistades entrecomillado porque creo
lo que dijo Pío Baroja, que el nivel de inteligencia de un persona está
inversamente relacionado con el número de amigos que dice tener. Cuando leas
esto por primera vez tal vez consideres a todas tus compañeras del colegio como
amigas y pronto te darás cuenta que esto no es así, porque amigas, amigas,
tendrás pocas a lo largo de tu vida, porque si no fuese así serías la excepción
en lo que dijo muy acertadamente, en mi opinión, el escritor vasco.
Di
siempre la verdad - Decía Albert Einstein que las tres cosas que había
perseguido siempre eran la bondad, la belleza y la verdad. Las dos primeras las
tienes. Acostúmbrate a decir la verdad. En este país, los que deberían dar
ejemplo -los que nos gobiernan- mienten todos los días y no pasa nada, seguimos
“venerándoles y votándoles”. En otros países más adelantados, como EEUU, mentir
está muy mal visto y si te cogen en una mentira pierdes el crédito y la confianza
que te hubieran dado antes. Además, el riesgo de la mentira es que
probablemente crea adicción. Con la mentira suele irse muy lejos, pero sin
esperanza de volver, dice un proverbio judío.
Como todavía me quedan muchos consejos que
darte, te los procuraré en las próximas cartas.
http://joaquinlamela.blogspot.com.es
https://twitter.com/LpezInfo
https://facebook.com/joaquinlamela
https://facebook.com/clinicajoaquinlamela
Google+
Comentarios
Publicar un comentario