Sobre los medicamentos, una vez más: estatinas o medicamentos "anticolesterol" (II)
“No se mida el colesterol, ¡sea feliz!
(Juan Gervás y Mercedes Pérez Fernández). Sano y salvo (y libre de
intervenciones médicas. Los libros del lince).
No sé cuál es mi cifra de
colesterol porque nunca me la he analizado. Creo que soy igual o más feliz
que los que la analizan periódicamente. Y si mañana me muero corriendo de
madrugada no le echaré la culpa al colesterol. Seguro.
Transcribo el apartado sobre el colesterol, que inician los
escritores del libro con la fenomenal frase que introduce el artículo, del
libro “Sano y salvo”, de los autores señalados más arriba y que le recomiendo
leer. “El colesterol es una grasa (lípido) y un componente esencial de la
materia viva. Es un elemento presente en la pared de todas las células. Sin
colesterol no hay vida… Sin colesterol moriríamos. Así, los niños llegan a
tener problemas graves de desarrollo si sus niveles de colesterol en la sangre
son bajos. En los ancianos los niveles bajos de colesterol se asocian a una
mayor mortalidad, suicidios incluidos…. Muchas personas tienen colesterol alto
y no sufren infartos de miocardio, y al revés, muchos de los que padecen
infarto de miocardio no tiene niveles altos de colesterol -y añado yo: se puede
tener infarto miocardio tomando estatinas (fármacos para descender el nivel de
colesterol)-. Muchos médicos se equivocan al atribuir a los factores de riesgo
un componente causal. Los factores de riesgo no son causa, sino que son asociaciones
estadísticas. Los factores de riesgo no son causa, ni son necesarios, ni son
suficientes. Los factores de riesgo se basan en estadísticas de poblaciones… Al
disminuir la cifra de colesterol considerada normal -añado yo: en pocos años
los “expertos” (un buen número de ellos con una relación inadecuada con la industria farmacéutica) la disminuyeron de 250 a 200 mg- aumenta el negocio de las
estatinas, ya que el número de pacientes tratados con ellas se incrementa muchísimo. Hay
una relación inversa entre los niveles normales de colesterol y los dividendos
repartidos a los accionistas de las industrias farmacéuticas. A definiciones
más bajas de colesterol normal se corresponden aumentos proporcionales de la
masa de población a tratar (y de los dividendos). Más y más personas se
convierten de sanos en pacientes, al menos en sanos preocupados si no sanos
estigmatizados, que adquieren una conducta de enfermos, con citas, pruebas y
tratamientos. ¿Vale la pena medir y tratar el colesterol en personas sanas? No.
Lo que vale la pena es ser feliz y no preocuparse por el colesterol, más allá
de llevar una vida de disfrute del trabajo, del sexo, del amor, de la familia y
de los amigos, de dieta estilo mediterráneo y de la práctica de los deportes
que gusten”.
Y esto escribía yo hace pocos años en mi
blog: “La definición de colesterol anormal ha cambiado muy a menudo. La única
cosa que ha sido constante es la dirección del cambio, siempre hacia abajo,
para definir el colesterol como anormalmente alto. Antes se reservaba el
tratamiento para las personas con el colesterol superior a 300. En la década de
1990-2000 se estableció que esta cifra era anormal por encima de 240 y debía
tratarse, y ahora el corte de anormalidad está en 200. Hay más personas con
niveles entre 200 y 240 que entre 240 y 300. El número de personas beneficiadas
con el tratamiento será mayor en los niveles más altos y mucho menor en los
niveles “anormales” más bajos, donde habrá un gran número de
sobrediagnosticadas y sobretratadas. Es decir, unas pocas serán beneficiadas,
muchas serán sobretratadas y algunas pueden ser perjudicadas por los efectos
secundarios, algunos muy importantes, de los medicamentos anticolesterol”.
Efectos secundarios que pueden producir los
medicamentos anticolesterol (estatinas), según el Medimecum 2017: estreñimiento, meteorismo, flatulencia, náuseas, vómitos, dispepsia, diarrea,
dolor abdominal, pérdida de apetito, insomnio, dolor de cabeza, depresión,
pérdida de memoria, visión borrosa, tinnitus, erupción cutánea, caída del pelo,
rinosinusitis, nasofaringitis, síndrome pseudogripal, elevación de las
transaminasas, elevación de creatinquinasa,dolores musculares, miositis,
rabdomiolisis -asociada, en ocasiones, a insuficiencia renal, trombocitopenia,
dolor torácico, hinchazón de los pies, neuropatía periférica, pancreatitis,
anemia, necrolisis epidérmica tóxica. Y otros muy raros: impotencia,
alteraciones visuales, reacciones de hipersensibilidad, alteración del gusto,
angioedema, ginecomastia (aumento del tamaño de una o las dos glándulas
mamarias en el hombre), pérdida de audición, vasculitis, enfermedad pulmonar
intersticial, y miopatía necrotizante autoinmune (en 1 de cada 1000 pacientes,
durante o tras el tratamiento con estatinas), que requerirá tratamiento
continuo con cortisona.
No tome en cuenta lo que decimos aquí. Siga las recomendaciones y tratamiento de su médico.
Siempre he tratado de seguir la recomendación de Bertrand Russell: "Nunca estés absolutamente seguro de nada".
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