Mariló Montero









“Uno no puede esperar decir la verdad. Solo puede explicar como llegó a profesar tal o cual opinión” (Virginia Wolf)









    Sé de sobra que escribir sobre lo que lo voy hacer es delicado, porque estoy completamente seguro que algunas o muchas personas, hombres y mujeres, lo interpretarán mal.

    Pero no debo asustarme, y además siento casi la obligación de hacerlo por estarle muy agradecido ya que me trató muy bien las cuatro veces que estuve, dos con ella y dos con su anterior colaborador José Ángel Leiras, en su programa de “La Mañana” de TVE. Y como dice un refrán hebreo, "cuando hagas un favor olvídalo, pero cuando te lo hagan no lo olvides nunca".

    Ya he escrito una vez sobre la belleza y he puesto la de Mariló Montero de ejemplo. Y decía: “su belleza impresiona porque es incomparable y distinta a todas; la perfección de su cara, la belleza de sus ojos y su mirada, cuando estás cerca, en el plató, te emocionan”.

    Pero después he leído comentarios en páginas de internet llamándola de todo y he oído a muchas personas, sobre todo mujeres, que no la conocían de nada, decir todo de ella y casi nada bueno. Que si es muy tonta, distante, chula, presumida, mamarracha, prepotente, creída…, y otras coletillas como, "¡no sé quien se cree que es!", "¡más boba y presumida no se puede ser!”, al mismo tiempo que ensalzaban a Carlos Herrera, su ex marido. Y yo me pregunto, ¿cómo una persona tan buena e inteligente como él, según dicen, estuvo tanto tiempo casado con una mujer tan tonta como ella?

    Algunos comentarios no favorables reconocen sin embargo su belleza y atractivo físico incomparables, "aún a su edad". Cuando opinó en su programa sobre el trasplante de órganos, sus compañeros se lanzaron sobre ella para ver quien la mordía más.

    Las dos veces que estuve con ella en “La Mañana” me pareció inteligente, y la vi más bella aún que en la pantalla de TV. Usted puede decirme que me pudo haber sucedido lo que a Don Quijote con Dulcinea, pero le aseguro que no sufrí ninguna de las dos veces ningún encantamiento. Solo digo lo que vi o lo que me pareció ver.

    Pero aunque esté equivocado, creo que merece la pena reproducirle lo que tan maravillosamente escribió Oscar Wilde en “El retrato de Dorian Gray”: “Posee usted un rostro extraordinariamente agraciado… Y la belleza es una manifestación de genio; está incluso por encima del genio, puesto que no necesita explicación. Es uno de los grandes dones de la naturaleza, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en aguas obscuras de esa concha de plata a la que llamamos luna. No admite discusión. Tiene un derecho divino de soberanía. Convierte en príncipes a quienes la poseen… La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve…  No despilfarre el oro de sus días escuchando a gente aburrida, tratando de redimir a los fracasados sin esperanza, ni entregando su vida a los ignorantes, los anodinos y los vulgares… La búsqueda de la belleza es el verdadero secreto de la vida”.

    Creo que la belleza es envidiada, o criticada cuando no se puede acceder a ella. Hace muchos años, en mi época de estudiante en Santiago, estaba con unos compañeros en la barra de la cafetería Caravel y en una pequeña mesa había tres estudiantes guapísimas, muy conocidas precisamente en el ambiente universitario por su belleza, y uno de nosotros, el más descarado, se acercó a la mesa para intentar ligar con ellas. Volvió enseguida, como el perro con el rabo entre las patas, diciendo que las tres eran muy tontas. Yo no creí que fuesen tontas. Pensé que la coletilla de mi compañero era su propia defensa porque ellas no le habían hecho caso alguno, casi no le habían hablado.

    Mariló, mantente igual que hasta ahora, distante con la mayoría y cercana con quién te apetezca. No hagas caso de las personas ignorantes, anodinas y vulgares, como recomendaba Oscar Wilde, porque eres una excelente presentadora. Y sigue emocionándonos a los que amamos la belleza, con la tuya, incomparable y distinta a todas las demás bellezas.
   

Comentarios

  1. Gracias Joaquín por haber escrito esto, gracias por pensar como yo y seguro, que como muchísima gente más. Hablar sin saber es muy fácil pero bueno, los que de verdad sabemos que esto no es así, estamos tranquilos. No tengo la maravillosa suerte de conocer a Mariló todavía en persona pero sí espero y deseo, poder hacerlo algún día debido a que su profesión, el periodismo, es mi sueño. Existe mucha gente que opine como nosotros, de eso estoy más que segura, el problema es que a nosotros no siempre no se nos escucha, por desgracia. Cada vez, reconocemos menos el trabajo bien hecho pero en fin, mil gracias como fiel seguidora de esta magnífica profesional, por haber dado voz a mucha gente que lleva mucho tiempo queriendo alzar la voz pero no sabe cómo. Gracias! Y permiteme, desde aquí, decirle una cosa a Mariló: Cuanto más duras sean todas esas críticas al fin y al cabo, sin fundamento, que no buscan otra cosa más que morbo, más fieles seremos tus seguidores y los que de verdad te queremos y te admiramos. Gracias a los dos. Un fuerte abrazo .

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  2. Gracias a ti por tu comentario, Jennifer. Espero que Mariló lo lea y también te deseo que llegues a ser una fenomenal periodista.

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